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ADULTO MAYOR - Coggle Diagram

- - - - Evaluación de las capacidades del cuidador.
      - Determinar si el paciente puede obtener y tomar los fármacos indicados y si puede controlarse correctamente.
      - Estrategias para manejar los problemas identificados durante el examen en el departamento de emergencias.
      - Evaluación del estado funcional.
    - - La planificación del alta puede ser compleja, porque una enfermedad aguda o una lesión pueden afectar la capacidad funcional en los ancianos.
      - En la planificación del alta, deben participar enfermeros, asistentes sociales, y médicos de atención primaria.
- - - - Cambios en la farmacocinética o la farmacodinámica relacionados con la edad.
      - Cambios en los fármacos (intencionales y no intencionales) durante la hospitalización y en el momento del alta (ver Problemas relacionados con los fármacos en los ancianos).
      - Polimedicación.
  - - - Deben medirse las concentraciones séricas de los fármacos.
      - Debe calcularse la depuración de creatinina para los fármacos que se excretan por vía renal con el fin de ajustar las dosis.
      - Deben observarse las respuestas del paciente.
      - Las dosis de los fármacos deben titularse con cuidado.
  - - - La inactividad resultante produce los siguientes efectos:
        
        La capacidad aeróbica disminuye significativamente, lo que a su vez reduce mucho el consumo máximo de O2.
        
        La pérdida ósea (desmineralización) se acelera.
        
        Los músculos se acortan y las estructuras periarticulares y articulares cartilaginosas cambian (con mayor rapidez en las piernas), lo que limita el movimiento y contribuye al desarrollo de contracturas.
        
        El riesgo de trombosis venosa profunda aumenta.
        
        En caso de inactividad completa, la fuerza muscular se reduce un 5% por día, lo que a su vez incrementa el riesgo de caídas.
      - Prevención
        
        Salvo que esté contraindicada debido a una razón especifica, debe alentarse la actividad (en particular, la caminata). Si el paciente necesita asistencia para caminar, los terapeutas deben proporcionársela en horarios programados. No obstante, los médicos, los enfermeros y los miembros de la familia también deben ayudarle al paciente a caminar durante el día.
        
        Si se requiere inmovilización o ésta se produce como resultado de una enfermedad prolongada, se recomienda implementar procedimientos para evitar la trombosis venosa profunda, salvo que estén contraindicados.
        
        Con frecuencia se necesita rehabilitación. Los objetivos realistas para la rehabilitación domiciliaria pueden basarse en el nivel de actividad previa a la internación del paciente y en las necesidades actuales.
      - Caídas
        
        Los cambios relacionados con la edad aumentan el riesgo de presentar hipotensión ortostática. Estos cambios, sumados a los efectos del reposo en cama y el uso de sedantes y algunos antihipertensivos, incrementan el riesgo de caídas (y de síncope).
        
        Prevención
        
        Modificar o corregir los factores de riesgo de caídas (incluso la agitación).
        
        Controlar estrictamente a los pacientes con riesgo elevado.
        
        La mejor alternativa al uso de barreras físicas o químicas es identificar, analizar en forma minuciosa.
        
        El uso de camas bajas y mantener libre el camino en habitaciones y pasillos, también ayuda a reducir el riesgo de caídas.
        
        Incontinencia
        
        La incontinencia urinaria o fecal aparece en > 40% de los pacientes hospitalizados ≥ 65 años, con frecuencia dentro del primer día de internación.
        
        Sus razones son:
        
        Barandas en la cama.
        
        Cama demasiado alta.
        
        Equipo que molesta, como vías intravenosas, tubuladuras que se conectan con cánulas nasales para el aporte de oxígeno,
        monitores cardíacos y catéteres.
        
        Enfermedades que afectan la deambulación.
        
        Psicotrópicos que pueden reducir la percepción de la necesidad de orinar, inhibir la función de la vejiga o el intestino o comprometer la deambulación.
        
        Dificultad para acceder al baño.
        
        Fármacos que pueden provocar incontinencia urinaria.
        
        Entorno extraño.