En los inicios de la revolución digital, el director general, Lewis E. Platt, vio que “todo” se estaba traduciendo a códigos vinarios, en otras palabras, que todo comenzó a entrelazarse de manera digital. El problema era que HP, quien encabezaba el mercado de los computadores, no estaba presente en la serie de fusiones y riesgos que se estaban dando. En concreto, para entrar a la carrera de la revolución digital, Platt reforzó la industria de las telecomunicaciones y empezó a desarrollar equipo para la veloz industria.
Cuando este problema estaba solucionado y todo marchaba bien, Platt estableció tres objetivos nuevos para alcanzar. Primero, una reestructuración profunda con el propósito de mejorar la rentabilidad de HP aún más. Segundo, Fomentó la satisfacción de los clientes. Tercero, reforzar la importancia de la administración ilustrada dentro de la cultura de la compañía.