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Principios financieros para la familia
El dinero puede ser bendición o maldición
El dinero prueba constantemente los afectos.
Por un uso pródigo o imprudente, el dinero llegará a ser un lazo para quien lo gaste.
Procure cierta seguridad en la posesión de una casa
No tardarían en adquirir habilidad para hacer planes por su cuenta; inculcarían a sus hijos hábitos de laboriosidad y economía y sus intelectos quedarían grandemente fortalecidos.
No se manifestarían como ahora el egoísmo y el engreimiento, sino que cada uno demostraría bondadosa consideración por la felicidad y el bienestar ajenos.
Enseñemos a nuestros hermanos a salir de las ciudades al campo, donde puedan obtener una parcela de tierra y establecer un hogar para sí y sus hijos.
Los males del despilfarro
Agradó al Señor mostrarme los males que resultan de los hábitos de derroche, para que pueda amonestar a los padres a que enseñen estricta economía a sus hijos. Enséñenles que el dinero que gasten en lo que no necesitan ha recibido un uso pervertido en vez del correcto.
Llevad cuenta de los gastos
Los hábitos de complacencia propia, o la falta de tacto y habilidad de parte de la esposa y madre, pueden ser una carga constante para la tesorería; y sin embargo, tal vez piense esta madre que está haciendo lo mejor que puede, porque nunca se le enseñó a restringir sus necesidades y las de sus hijos, y nunca adquirió habilidad y tacto en los asuntos de la familia.
Equilibrio del presupuesto
No aprenden a adaptarse a las circunstancias, y vez tras vez piden dinero prestado y se abruman de deudas, por lo que se desaniman y descorazonan.
Son muchísimos los que no se han educado de modo que puedan mantener sus gastos dentro de los límites de sus entradas.
Si tenéis hábitos de prodigalidad, eliminadlos de vuestra vida en seguida.
Los males del despilfarro
Somos peregrinos y advenedizos en la tierra. No gastemos nuestros recursos en la satisfacción de deseos que Dios quiere vernos reprimir.
Capítulo 61