En 1832, Robert Southey, un exitoso poeta de origen inglés, utilizó por primera vez el término constitucionalismo, siendo adoptado y usado más regularmente como expresión jurídica en los últimos años. Este constitucionalismo, según lo que se tiene entendido, tiene dos elementos principales, que fueron entendidos como lo mismo que Estado de derecho durante varios años. Uno de ellos es la división de las funciones con relación al uso del poder, y el otro, es la gran importancia de la Constitución.
En 1791, la Constitución de Francia adicionó un artículo, el cual se convirtió en la base de todo constitucionalismo libre. Este artículo establecía que si los derechos establecidos no se cumplían ni se hacían regir en las sociedades, y además no se dividía el poder del Estado, la sociedad no poseía Constitución.