A los equipos hidráulicos se les exige cada vez mayor rapidez, precisión y fiabilidad y si unimos a dichas condiciones de diseño, las condiciones de operación de los mismos (presión, temperatura y elementos de control de muy estricta tolerancia), tenemos como resultado equipos hidráulicos que han de trabajar en condiciones extremas y, para lo cual, la lubricación deber ser lo más correcta posible a tales exigencias.