Tácticas: el uso de mediadores

La función de los mediadores

Lineamientos para el uso de mediadores exteriores

Los mediadores exteriores como andamios

El valor de los mediadores

La mediación de las conductas sociales y emocionales

La mediación exterior de la cognición

Tipos de mediadores

Un mediador es algo que sirve como intermediario entre un estímulo del medio ambiente y la respuesta individual a ese estímulo, según el trabajo de Vygotsky

Un mediador propicia el desarrollo del niño al hacer más fácil una conducta determinada. Según la teoría de Vygotsky, los mediadores se convierten en herramientas de la mente cuando el niño las incorpora a su actividad.

Vygotsky creía que los adultos poseen complejos mediadores abstractos para ayudarse a pensar: palabras, símbolos, modelos gráficos, planes y mapas. Estos mediadores pueden estar a la vista, como una lista de cosas pendientes o pueden ser interiores.

Algunas veces los niños olvidan la conducta que aprendieron con la mediación exterior y necesitan volver a usar el mediador durante un breve periodo. Para los niños, los mediadores son exteriores y manifiestos, y no están integrados necesariamente a sus patrones de pensamiento.

Los mediadores manifiestos funcionan como andamios pues ayudan al niño en su transición del desempeño con la máxima asistencia al desempeño independiente

Los mediadores exteriores son un escalón temporal diseñado para conducir al niño hacia la independencia.

El momento apropiado para retirar el mediador no puede determinarse con exactitud; a veces los niños olvidan el mediador exterior y necesitan volver a usarlo durante un breve periodo; en otras ocasiones unos cuantos éxitos bastan para alejar pronto al niño del mediador manifiesto.

Los mediadores pueden ser verbales, visuales o físicos.

Un mediador también puede materializarse o ser tangible: las imágenes y los diagramas son ejemplos de mediadores visuales; un adulto puede utilizar el dibujo de un patrón de puntadas como recordatorio de lo que debe hacer.

Un mediador físico consiste en un conjunto de conductas —como hábito o ritual— que desencadena un proceso mental; por ejemplo, un cierto movimiento de los dedos o un tipo de aplauso puede mediar las conductas para llegar a tiempo a la reunión de grupo y ayudar a que los niños recuerden sentarse en círculo y mirar al maestro.

El discurso y la palabra escrita son mediadores verbales. Una conducta sencilla, como aprender a tejer, puede ser mediada por las palabras derecho y revés.

A diferencia de los adultos, quienes usan sobre todo mediadores interiores verbales para dirigir los procesos mentales y la conducta, los niños necesitan algo más concreto y tangible.

Vygotsky señala que los mediadores exteriores se usan con frecuencia para regular las interacciones sociales

La gente también usa mediadores exteriores para controlar sus emociones: cuentan hasta diez antes de reaccionar como una manera de frenar su enojo o temor.

La mediación exterior también puede ayudar a los niños a recordar que deben hacerlo.

La memoria

El pensamiento

La atención

La autorregulación

La percepción

Una de las metas de la teoría de Vygotsky es desarrollar la autorregulación de los procesos cognitivos, pues los niños deben desarrollar la habilidad de seguir, evaluar y regular sus procesos de pensamiento; esta habilidad comienza a aparecer en primero y segundo grados, pero sus cimientos se fundan en la educación preescolar.

La mediación exterior puede facilitar el desarrollo del pensamiento y el razonamiento. Los mediadores ayudan a los niños a revisar su pensamiento y reflexionar al respecto, además de que propician el desarrollo de habilidades metacognitivas.

Como sus procesos de memoria tienden a ser reactivos, los niños pequeños pueden recordar fácilmente una canción pegajosa o una ilustración brillante y colorida. La dificultad se presenta cuando pedimos que recuerden algo poco atractivo para ellos.

Los niños utilizan mediadores para poner atención a objetos, sucesos y conductas o para centrarla en ellos. Esta función mental superior es diferente de la atención espontánea de los niños ante objetos de colores brillantes, ruido fuerte o acontecimientos llamativos. La habilidad para prestar atención deliberadamente es necesaria en el aprendizaje pues el rasgo más atractivo puede no ser el más importante de lo que el niño está aprendiendo.

Los objetos de la vida diaria se convierten en estándares sensoriales que ayudan a los niños a percibir las diferencias de color, tamaño, forma e incluso sonido. Por ejemplo, aprenden la diferencia entre anaranjado y rojo al comparar una naranja con un jitomate.

La memoria selectiva de los niños responde a la falta de control deliberado del proceso de la memoria y no a la ausencia de estrategias específicas para recordar. El problema no consiste en que los niños no puedan recordar nada, sino que no logran retener y recuperar la información correcta en el momento preciso. Cuando se pide que recuerden de una manera deliberada pueden tener dificultades.

Cualquier relación abstracta puede ser presentada con modelos materializados: gráficas, imágenes, objetos para manipular, objetivos y dibujos. En la típica aula de la edad temprana, utilizamos mediadores para representar muchas relaciones conceptuales, tales como relaciones entre números, clasificaciones, series y patrones.

Los mediadores exteriores desempeñan un importante papel para ayudar a los niños en el tránsito de la regulación por los adultos a la autorregulación; son los andamios necesarios para la regulación semindependiente.

  1. Elija un mediador que esté dentro de la ZDP del niño. Para que un mediador funcione, debe estar dentro de la zona de desarrollo próximo del niño y el niño debe utilizarlo para dirigir sus acciones.
  1. Utilice el mediador para representar lo que quiere que el niño haga. Cerciórese de que los niños sepan lo que quiere que hagan más que lo que quiere que dejen de hacer.
  1. Combine la mediación con el lenguaje y otras pistas para estimular la conducta. Junto con el mediador, use una serie de conductas que puedan convertirse en hábito y palabras que formen un discurso privado para autoayudarse.
  1. El mediador no debe dejar de llamar la atención del niño. Los mediadores pierden su peculiaridad y dejan de incitar la conducta apropiada si se usan demasiado o durante mucho tiempo; el niño no debe usar todo el día el animal de peluche que significa “no arrebates”.
  1. El mediador debe sujetarse a un objeto que el niño use antes o durante la ejecución de la tarea. Si la meta es que el niño no olvide llevar sus botas a casa, el mediador debe pegarse o colgarse en un lugar que el niño vea justo antes de salir y no en algo que el niño utilice en la mañana al llegar a la escuela
  1. El mediador debe tener un significado especial para el niño y debe ser capaz de invocar ese significado. El niño debe poder tocar o ver el mediador y éste debe provocarle determinados pensamientos o conductas.

Los mediadores facilitan el procesamiento mental y lo hacen más eficiente para la teoría de Vygotsky; los mediadores son herramientas que habilitan a los niños para que con el tiempo se comprometan en procesos mentales superiores.

Los mediadores tienen valor a corto y largo plazo. En el corto plazo, los mediadores son andamios del procesamiento mental

Los mediadores también tienen consecuencias importantes en el largo plazo porque son un medio de desarrollo y de enseñanza-aprendizaje. Los mediadores proporcionan la asistencia necesaria para el desarrollo de las funciones mentales superiores. Usándolos, los niños adquieren memoria deliberada, atención centrada y autorregulación.