Tienen un segmento activo, el "sacerdocio", y otro pasivo, la "congregación", cuyos miembros quedan reducidos a la condición de espectadores. Los sacerdotes deben adquirir conocimientos de rituales, historia, calendarios y astronomía. A menudo son escribas y personas cultas. Pero hay que subrayar que la «congregación» no abandona del todo sus creencias y rituales chamanistas, individualistas y comunitarios. La jerarquía eclesiástica intento acabar con las creencias idolátricas, supersticiosas, paganas o heréticas.