Las consecuencias éticas y sociales de las investigaciones imponen a los investigadores responsabilidades especiales de rigor, prudencia, probidad intelectual e integridad para tener en cuenta las consecuencias éticas, legales, sociales y económicas de dicha investigación, basándose en los principios establecidos en la presente Declaración, a fin de garantizar el respeto de los derechos humanos, las libertades fundamentales y la dignidad humana y proteger la salud pública.