En procesos inflamatorios crónicos y subagudos. Ejemplo: artritis reumatoidea, bursitis, tendinitis y periartritis escapulahumeral. En procesos dolorosos como sacrolumbalgias, dorsalgias, cervicalgias, ciatalgias, hernias discales, etc. La eficacia de las aplicaciones de termoterapia se encuentra clínicamente documentada para combatir el espasmo muscular de defensa, en cuadros postraumáticos subagudos y crónicos y en otros procesos diversos.