La velocidad de la vida, determinada por las comunicaciones digitales y el mercado global dando paso a un profundo presentismo
El determinismo ha cedido el espacio a la incertidumbre dentro de cuyas claves hay que construir los nuevos relatos y paradigmas
Los hombres posmodernos, deberan saber vivir en un mundo que ha perdido su centro,
en el cual no hay referencias aceptables y en el cual todo es un eterno precipitar sin altos ni bajos.
La incredulidad en relación a las metas narraciones, constituye la especificidad del posmoderno, ello significa el fin del universalismo, la crisis del cosmopolismo iluminista y el retorno a las particularidades no universalistas No hay nada que este definitivamente instalado como verdad, no existen, las certezas, es la era de la incertidumbre y del desencanto.
Se combate todo tipo de totalización y resistencia al todo, clamor contra la conciliación, la afirmación de la diferencia contra la identidad y la uniformización, . Vivir en las verdades subjetivas , referidas esencialmente a lo individual, a un pluralismo que exalta la diversidad en una época de ambigüedad , respecto del sentido de la vida y de la historia. En un horizonte inmediato, en una era del vacío.
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