Los servicios, ya sean producidos por empresas de servicios o fabricantes de bienes, participan en la actualidad, de muchas maneras, en la generación de riquezas. Como dice Giarini: «los servicios ya no son simplemente un sector secundario, sino que se están trasladando hacia el centro de la acción económica, en el que se han convertido en indispensables herramientas de producción para satisfacer las necesidades básicas e incrementar la riqueza de las naciones» (Giarini, 1990).