Discernir es reconocer que el corazón humano, herido y apegado, está habitado por el egoísmo, el orgullo, la ambición y la avaricia, el deseo de poder o de prestigio, los celos y envidias, estas tendencias tiene algo que ver con la tendencia egoísta del ser humano, que siempre está en pugna con la tendencia altruista