la mayor energía corporal, la curiosidad, la experiencia subjetiva de omnipotencia y la necesidad de experimentar por si mismos, en combinación con sus rasgos de personalidad particulares, lleva a muchos adolescentes a exponerse a situaciones de peligro, como al uso de sustancias psicoactivas, a asumir conductas temerarias y extremas que llevan a la accidentalidad y a iniciar tempranamente la actividad intima con la pareja o a practicarla sin protección, entre otras
Esto es debido a que el área frontal del cerebro encargada del control de impulsos y las funciones ejecutivas estará aun en desarrollo hasta aproximadamente los 20 años