En un primer momento, Watson reconoció la importancia de las tendencias innatas de la conducta, postura que modificaría, no obstante, en posteriores trabajos, dio más importancia al ambiente en la formación de la conducta. Cuando nace un nuevo ser, su repertorio de conductas el limitado; ni siquiera posee instintos. A partir de su reducido bagaje, el niño irá adquiriendo normas de conducta debido al aprendizaje o condicionamiento, y también gracias a su desarrollo motor. En este elaborado proceso, que culminará en la maduración de la edad adulta, el ambiente social desempeña un destacado papel, y el periodo infantil tiene una crucial importancia.
Watson desarrolló el Conductismo, que hoy en día constituye una de las principales corrientes psicológicas, y que se emplea en muchas terapia con un alto grado de efectividad. Pone énfasis sobre la conducta observable más que en el estado mental interno de la gente.