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Clase 1: El aula curiosa y el aprendizaje. - Coggle Diagram
Clase 1: El aula curiosa y el aprendizaje.
La curiosidad es el estímulo más poderoso para el desarrollo cognitivo, la educación y el descubrimiento científico.
Curiosidad es estar consciente y abierto, investigar las cosas, experimentar e interactuar con lo que nos rodea.
La estructuración desalienta la exploración.
Los cerebros jóvenes se desarrollan mejor mediante la exploración y la experimentación que se manifiesta en la curiosidad.
En una clase basada en la curiosidad, los docentes tienen la oportunidad única de plantear las preguntas más profundas que sus alumnos retendrán, logrando que su atención sea natural y sin esfuerzo, y posibilitando que se involucren en forma completa en la clase.
La curiosidad puede ser un factor crítico para el éxito del alumno en la escuela.
curiosidad alegre y juguetona más un andamiaje puede transformarse en aprendizaje.
La curiosidad sostiene la motivación intrínseca, permitiendo que el aprendizaje profundo se produzca con facilidad.
El aburrimiento se cura con curiosidad. La curiosidad no se cura con nada
Cuando los alumnos son curiosos, enseñar y aprender nunca son una tarea rutinaria.
Cuando se les permite a los alumnos seguir su curiosidad, es más probable que sigan el camino de la exploración y el conocimiento.
La curiosidad libera Dopamina, la cual no solamente genera placer sino que también mejora la observación y la memoria.
Una de las principales enfermedades del hombre es su inquieta curiosidad por conocer lo que no puede llegar a saber.
Cuando sentimos curiosidad el aumento de dopamina cerebral hace que recordemos todo el paisaje de la experiencia y la información más profundamente. Esto se debe a que la Dopamina logra que el Hipocampo funcione mejor.
Los alumnos curiosos aprenden más y aprenden mejor. Son mejores lectores y tienen un coeficiente intelectual que promediaba unos 12 puntos más que sus compañeros menos curiosos .
En una investigación se descubrió que los adultos mayores que estaban genéricamente predispuestos a sufrir la enfermedad de Alzheimer pero que mantenían la curiosidad como una característica de su vida diaria retrasaban la enfermedad por más de una década
«Para permanecer jóvenes tenemos que estar permanentemente en un estado de curiosidad intelectual».
Denominamos andamiaje cuando un docente guía a sus alumnos en un nuevo territorio relacionado, expandiendo los intereses de sus alumnos.
Apoyar a los niños curiosos se logra mejor cuando sus docentes son también curiosos, cuando están excitados, involucrados y desean probar nuevas cosas.
Estimular la curiosidad involucra escuchar la miríada de voces y perspectivas de los miembros de la comunidad áulica y respetarse mutuamente.
La curiosidad es por naturaleza «subversiva» al ordenamiento tradicional vertical, de arriba abajo, del aula. Cuando lo que más se desea en el aula es el orden, la curiosidad puede convertirse en una carga.
La curiosidad está asociada con la intensidad, la impulsividad y la transitoriedad, tres características que son desalentadas en las aulas organizadas en forma jerárquica.
La instrucción formal ha sido típicamente diseñada para controlar a los alumnos dinámicos y activos.
Los niños curiosos critican los sistemas, juegan, atacan a la autoridad.
La curiosidad es altamente maleable.
Para no aplastar algo que es natural en nuestros alumnos debemos permitir lo que el filósofo de la educación John Dewey denominó «aventurarse en lo desconocido». La travesía es igualmente importante para los docentes como para los alumnos.
Una de las funciones más valiosas de un docente es la de la de ayudar a sus alumnos a que se den cuenta de su curiosidad y a que reflexionen sobre ella.
El aula curiosa provee espacio para experiencias auténticas y emergentes, posibilidades y sensación de propiedad.
Co-crear un aula curiosa requiere Diez kilos de humildad. Los docentes deben ser capaces de dejar de estar a cargo y de escuchar la multitud de voces que existen en el aula con el mismo respeto.
Cuando planificamos las clases debemos tener en cuenta nuestros objetivos, pero también los de nuestros alumnos.
Crear un aula curiosa modifica las visiones tradicionales de la enseñanza y del aprendizaje.
Una curiosidad no se fuerza, se despierta
La curiosidad es una de las más permanentes y seguras características de una vigorosa inteligencia
Los sistemas sensoriales se focalizan en estos estímulos, los recogen y organizan las características del mundo del niño. Estas piezas de información que son experimentadas regularmente son priorizados por el Sistema Nervioso.
La neuropsicología ha descubierto que la motivación es un prerrequisito para el aprendizaje. Cuando estamos perplejos, encontrar una respuesta es muy gratificante, lo cual nos condiciona para un aprendizaje eficiente.
La curiosidad también es la fuerza que impulsa el desarrollo y el movimiento del niño durante su desarrollo.
Los reflejos son patrones de acción fijos que duran sólo un corto tiempo, pero lentamente se convierten en configuraciones más complejas para el aprendizaje.
Cuanto más conocimiento del entorno ha ganado el niño a través de su curiosidad, mayor es la posibilidad que se adapte a dicho entorno.
La preferencia por la novedad es una forma eficiente para que los sistemas cognitivos inmaduros de los niños procesen información. La preferencia por la novedad ayuda a los niños a manejar los cambios en su medio ambiente.