• Es conveniente hablarles despacio, con mensajes breves, concisos, sencillos, directos y sin doble sentido.
• Se les ha de dar tiempo para que contesten, sin adelantarse a su posible respuesta.
• Es preciso explicarles hasta las cosas más sencillas, no dando por supuesto que saben algo si no lo demuestran haciéndolo.
• Se ha de prever en la programación la generalización y mantenimiento de las conductas, practicándolas en diferentes lugares y momentos.