El eje vertebrador de los aliados eran las grandes democracias occidentales, Francia y Reino Unido. Intentaron evitar la guerra cediendo a las demandas de los países totalitarios con su política de apaciguamiento y claudicación. Pero, en el verano de 1939, comprendieron que sus enemigos no eran apaciguables mediante concesiones y que solo podrían ser contenidos por la fuerza de las armas.
Ya iniciada la guerra, a la entente franco-británica se sumaron más de medio centenar de países a medida que eran atacados, invadidos o amenazados por las fuerzas del Eje.
Los únicos países neutrales fueron Suecia, Suiza, Irlanda, Espaa y Turquía.