Cualquier Estado para un realista es la estimación racional de sus intereses nacionales, que sus gobernantes políticos tratan de poner en práctica de manera más eficiente. Por eso, explica Kissinger, el único factor que debe tenerse en cuenta es la política real, y si se utiliza con habilidad, sin prestar atención a la apariencia ideológica y moral, es posible alcanzar resultados impresionantes.