Entre los autores de un determinado periodo de la filosofía, como también entre los de la lingüística, la psicología, la sociología, etcétera, es posible notar una progresión, una línea de desarrollo. Tanto es así que los filósofos de hoy se han permitido clasificar a los de ayer en función de su tiempo, de sus áreas de interés, y de sus ideas y tendencias. Podemos decir que el resultado de esta clasificación constituye áreas del conocimiento, que toda disciplina tiene necesariamente.