La cuarta revolución industrial sin lugar a dudas es un fenómeno que, como todas las revoluciones, repercute en grandes cambios para la humanidad. Cada revolución se ha encargado de potenciar la productividad en los diferentes bienes y servicios, respondiendo aceleradamente a las necesidades de la sociedad con efectos tanto positivos como negativos para las personas, empresas y medio ambiente. Sin embargo, lo que más llama la atención de esta innovadora es la sustitución del humano por la tecnología a mayor escala. Y esta sustitución no solo se da en el proceso de manufactura sino también en los procesos administrativos y contables, algo que tal vez se veía un poco alejado pero que en realidad está más próximo de lo que se pudo llegar a pensar. En lo que se respecto a la profesión del contador, este deberá actualizar el desarrollo de su labor, lo que implica el obtener nuevas habilidades y competencias que apoye los procesos sistemáticos y aporte al desarrollo del negocio en su ámbito financiero y comercial y con estrategias de negocios. La tecnología tiene que se el mejor aliado del contador y su conocimiento y dominio pueden disminuir el riesgo de que la profesión desaparezca. Aunque es díficil llegar a pensar que un sistema pueda reemplazar 100% la profesión contable, puesto que cada organización requiere un análisis personalizado en sus resultados y en todo lo que ejecuta, sujeto a diferentes normas y procedimientos, algo que no se puede permitir es que el profesional contable sea ignorante y ajeno al uso y dominio de la tecnología. Y es aquí donde el aprendizaje tecnológico, las habilidades blandas, la ética y el liderazgo serán las principales herramientas del contador.