En este contexto tan complejo y con la diversidad que aportan las diferencias individuales de cada estudiante, resulta incoherente pensar que un currículo rígido, con objetivos únicos, métodos y tareas iguales, pueda ser adecuado para todos. El currículo tiene que reconocer, respetar y responder a las capacidades, necesidades e intereses de todos los estudiantes: diferente género, grupos étnicos, razas, religiones, capacidades y discapacidades diferentes, clase social o religión