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Teoría sintética evolutiva - Coggle Diagram
Teoría sintética evolutiva
La idea de que la vida en la Tierra ha evolucionado a lo largo de la historia surgió con fuerza durante los siglos XVIII y XIX en Europa, donde fue ampliamente discutida.
En el año 1859 Charles Darwin introdujo la teoría más conocida, basada en la selección natural, que permitió explicar cómo es que la evolución ocurre.
La obra de Darwin llamada El Origen de las Especies aportó básicamente dos aspectos a los estudios en el tema. Por un lado registró toda la evidencia en favor de la idea de que todos los organismos descienden, con alguna modificación, desde un ancestro común, logrando así un contundente alegato a favor de la teoría de la evolución.
Darwin apoyó la teoría de la selección natural como el mecanismo mediante el cual se produjo la evolución. Pero este mecanismo de la evolución es algo que se mantuvo en discusión durante los años siguientes.
Durante la primera mitad del siglo XX se realizaron importantes avances en estudios genéticos, que permitieron reconocer la importancia de la mutación y la variación dentro de una población de organismos dada.
Posteriormente, se pudo sostener otra teoría inserta dentro del neodarwinismo, que reconoce la selección natural pero agrega varios otros mecanismos al proceso de evolución, y esta es la raíz de la teoría sintética de la evolución.
La teoría sintética de la evolución considera además que las variaciones genéticas que se orientan a la adaptación de los organismos tienen efectos principalmente sobre individuos de la especie, de modo que los cambios fenotípicos de una especie se producen mucho más gradualmente.
Todas estas conclusiones no podrían haber sido realizadas por Darwin, ya que en el siglo XIX se desconocían los estudios acerca de los genes y de la deriva genética.
Los principios fundamentales de esta teoría sostienen que las especies contienen determinada variación genética que se produce por azar, por mutación y por recombinación.
También agrega a la selección natural conceptos como la deriva genética y el flujo genético, que producen cambios en la llamada frecuencia génica y forman parte del mecanismo de la evolución.
Esta teoría moderna de la evolución difiere de la teoría de Charles Darwin en tres aspectos:
Reconoce que las características de una especie son heredadas en forma de unidades separadas llamadas genes.
La variación dentro de una población se debe a la presencia de múltiples alelos de un gen.
Postula que la especiación se debe habitualmente a la acumulación de pequeñas modificaciones genéticas a lo largo del tiempo.
Reconoce varios mecanismos evolutivos además del de la selección natural.
Uno de ellos, el de la deriva genética aleatoria, puede ser tan importante como el de la selección natural.
Esta teoría, por último, plantea un cambio de paradigma importante respecto a la clásica teoría de la evolución de Darwin.
Mientras esta última se ocupaba principalmente de explicar la evolución a través de organismos, especiación e individuos, la teoría sintética de la evolución se refiere principalmente a los genes, fenotipos y poblaciones dentro de las especies.