En una primera toma de contacto se realiza un examen visual para observar el pie, el color de la piel, así como cualquier otra alteración como sudoración excesiva, callos, durezas, verrugas, sabañones, heridas, etc. También se presta atención a la morfología del pie ya sea pie plano, pie cavo, hallux valgus, dedos en garra o en martillo o el tobillo valgo o varo, que en zonas reflejas del pie, pueden influir a nivel reflejo sobre los órganos correspondientes.