Durante la ingesta de bebidas, el agua pasa de la boca y el esófago al estomago e intestinos y después se absorbe en el torrente sanguíneo. A través del proceso de ósmosis, el agua posteriormente pasa de los fluidos extracelulares a los intracelulares. Por tanto, el mecanismo de retroalimentación negativa para la saciedad reside en estos sitios corporales: boca, estomago, intestinos, torrente sanguíneo y células.