En gemelos idénticos monozigóticos. A pesar de que los dos comparten una secuencia de ADN idéntica, ambos desarrollan una predisposición muy distinta a contraer cierto tipo de enfermedades. Esto se explica, en buena parte, porque ambos han estado expuestos a estímulos muy distintos (dieta, vida social, aficiones, vicios, estrés, etc), y sus genomas, aunque idénticos, se expresan de manera diferente.