La educación es un fenómeno eminentemente social, tanto por su génesis como por su funcionalidad práctica. La educación tiene como principal actividad, crear “hombres nuevos”, hombres conformados por todo aquello que se considera lo mejor de la sociedad, aquel conjunto de cosas que se aprecia y que dignifican la vida humana, dando como resultado final, la creación de seres sociales. La educación va por delante del mismo desarrollo de la naturaleza, conduciendo al individuo hacia un estado de perfección relativa y constante, estado al que se tiende de por sí, aunque este se alcance con mayor rapidez como consecuencia de la propia sociedad en la que se está inmerso