Este conflicto, viejo de siete siglos, tal vez no esté solucionado por siempre jamás, pero últimamente ha entrado en una etapa que nadie, en su sano juicio, hubiera anticipado.El cuento empieza en la Edad Media, cuando el ir y venir de invasiones mutuas comienza a tener una identidad inglesa. Para los tiempos de Isabel I, Irlanda ya era un “problema”: los ingleses se sostenían a espadazos en la costa, negociaban y reprimían, hacían la guerra y comerciaban con esas “bandas” incomprensibles de irlandeses.