Una de las condiciones para vivir el erotismo con plenitud, sin miedos, sin riesgos y disfrutándolo, es estar consciente de que se vive en cada etapa de la vida de manera diferente, y que, así como no se puede correr antes de saber caminar, la vivencia plena de la sexualidad requiere de una estructura psicosocial que permita disfrutar de la experiencia a cabalidad, sin salir lastimada física, emocional o socialmente.