El PIB per cápita creció durante el último cuarto del siglo XIX, la economía mexicana comenzó a crecer a un ritmo mayor, producto de la expansión del comercio global durante la primera globalización (Williamson, 2015),2 la exportación de ganado, granos, azúcar y las inversiones para construir ferrocarriles y otros tipos de infraestructura.
este crecimiento se concentró en las partes más altas de la sociedad porfirista, las clases medias y la población rural que llegaba al setenta por ciento del total no vieron beneficio alguno.