Como no hay fórmula única para lograr una transformación digital que distintas organizaciones reconozcan como un estadio superior de efi cacia, esta reorientación estratégica debe entenderse como una reflexión transparente, que no solo incluya sus actividades internas, sino la dimensión horizontal de proveedores, clientes y, en sentido amplio, de todos aquellos agentes capaces de provocar externalidades.
- Identifi car (o recuperar) los objetivos prioritarios: ¿para qué estamos en el mercado?
- Reconocer qué obstáculos internos y externos impiden ser más eficaces.
- Averiguar qué nivel de adopción tecnológica ayudaría a alcanzar los objetivos de manera más efi ciente (menos recursos, pero más productivos).
- Establecer cuándo se debe dar por amortizada una tecnología actualmente en uso.
- Considerar qué tecnologías, de entre las nuevas, deberían ser introducidas.
- Evaluar el coste de oportunidad que genera la no adopción de una tecnología concreta.
- Imaginar qué usos diferentes podrían tener las nuevas tecnologías, para adaptarlas al tipo de organización que se desea ser.