La TAC proporciona el marco para localizar los cambios metabólicos, permite caracterizar las lesiones y los ganglios linfáticos afectados; se puede valorar la densidad, si la lesión es lítica o blástica, si es extracompartimental, si rompe la cortical, si tiene gas, si se extiende hacia los tejidos adyacentes o afecta los vasos, entre otros. Aporta información importante para establecer criterios quirúrgicos, de extensión ganglionar local o para programar la radioterapia (RT).