La progresiva longevidad de la población es una de los hechos más relevantes de los últimos años y supone uno de los grandes retos de nuestra sociedad. Esta realidad requiere un diseño de las políticas sociales y de las ciudades, una transformación en las relaciones. Envejecer, al fin y al cabo, es un logro, un triunfo, una ventaja, una suerte, no un cataclismo. Así pues, el tema fundamental no e vivir más años, sino como vivirlos.
No es lo mismo envejecer siendo mujer que siendo hombre. Tampoco supone lo mismo hacerse mayor habiendo disfrutado de una buena educación. Visto desde la perspectiva de las mujeres el envejecimiento puede ser un reto de gran alcance. Para poder situar en si justa medida de significado, alcance y proyección del envejecer de las mujeres es fundamental conocer los elementos que han caracterizado su vida e también reconocer los recursos exclusivos que ellas poseen.
El diseño profesional y económico de las mujeres históricamente han llevado a cabo se convierte en la mayor limitación para su satisfacción vital y la calidad de su vejez. Las mujeres entierran su capital de partida en el matrimonio que las empobrece. La función de cuidad, a lo largo de la vida, supone un alto coste de tiempo y de pérdida de oportunidades. La tradicional división sexual del trabajo refuerza la idea de que las mujeres no desempeñan un papel importante en economía familiar. Otro elemento de gran calado en el bienestar y la vida de las mujeres mayores se concreta en la atención médica que reciben, ya que para una parte importante de la clase médica las mujeres sin unicamente reproducción , sexo, maternidad y desde este unió punto de vista se las mira, diagnostica y medica.
A pesar de las numerosas e importante limitaciones con que se encuentran las mujeres, cuando llegan a mayores, cabe destacar que disponen de diversos recursos personales específicos que suponen una clara ventaja para adaptación y el bienestar. Las mujeres, a medida que van avanzando en el ciclo vital, crean potentes redes de apoyo, relaciones de amistad y solidaridad que dan sentido a su proyecto de vida. Además las mujeres son principal consumidoras de cultura. En otro orden de las cosas las mujeres muestran una actitud activa frente a la salud que se convierte en un elemento fundamental en su vida. Finalmente parece fundamental destacar un elemento de gran importancia que suele pesarse por alto: las mujeres se ríen, se divierten. Es la clave que nos indica que han aprendido a situarse en equilibrio entre el paso y el futuro.