Podemos decir que el ADN es el mapa genético de la vida. Nuestro cuerpo está formado por distintos sistemas: el respiratorio, el circulatorio, el neurológico, el digestivo, entre otros. Todos llevan a cabo distintas funciones que actúan de forma organizada para mantenernos con vida. A su vez estos sistemas están formados por órganos y éstos por distintos tipos de células. La célula del corazón no realiza las mismas funciones que la del hígado. Y, si nuestro cuerpo es el fruto de la unión de solo dos células: el espermatozoide del padre y el óvulo de la madre, ¿cómo es posible que tengamos tantísimos tipos de células diferentes que llevan a cabo distintas funciones? La respuesta vuelve a estar en el ADN; el genoma contiene toda la información necesaria para dar lugar a células con funciones tan dispares como las de una neurona o las de una célula muscular, incluso tiene la información que determina nuestro sexo