El mezcal de Tequila ayudó a los españoles a sobrellevar las soledades de aquellas tierras septentrionales, y a jesuitas y franciscanos, el tequila tuvo que hacerse clandestinamente desde el principio.
Sin embargo, al finalizar el siglo XIX y comenzar el XX el tequila tuvo como su principal enemigo al ferrocarril norteamericano que llevaba con facilidad los aguardientes europeos de costa a costa.
A partir de 1940 la industria del tequila estuvo lista, pues, para suplir al whisky, el cual dejaría de llegar a Estados Unidos debido a la segunda guerra mundial. La exportación de tequila alcanzó entonces niveles insospechados.
A partir de 1950 la producción de tequila gozó de mejoras técnicas considerables. Muchas fábricas, sin detrimento de la calidad, alcanzaron índices altos de rendimiento e higiene, además de que algunas marcas resultaron más accesibles a las gargantas comunes por ser de menos graduación.