Hacer un cóctel ya no se trata solo de cómo sabe la bebida, sino de cómo huele, se ve, se siente y cambia. El concepto multisensorial ha llegado para quedarse. Los mixólogos están jugando con combinaciones de sabores, texturas y aromas inusuales, añadiéndole teatro para crear no solo una bebida, sino una experiencia.