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CUENTO, (El segundo rico, al ver su desesperada situación, paró con todos…
CUENTO
:
Y eso, que ocurrió hace tanto, seguimos viéndolo hoy. Hay gente generosa, aunque da sólo
para que se vea lo mucho que dan, y no quieren saber nada de quien lo recibe. Otros, también
generosos, tratan de ayudar realmente a quienes les rodean, pero sólo para sentirse mejor por
haber obrado bien. Y hay otros, los mejores, a quienes no les importa mucho lo que piense el
resto de generosos, ni dan de forma ostentosa, pero se preocupan de verdad por mejorar la
vida de aquellos a quienes ayudan, y dan mucho de algo que vale mucho más que el dinero:
El tercero, al ver aquella pobreza, aceleró y pasó de largo, sin siquiera detenerse. Los otros
ricos, mientras iban juntos por el camino, comentaban su poca decencia y su falta de
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Pero tres días después, se cruzaron con el tercer rico, que viajaba ahora en la dirección
opuesta. Seguía caminando rápido, pero sus carros habían cambiado el oro y las mercancías
En un lejano país hubo una vez una época de gran pobreza, donde sólo algunos ricos podían
vivir sin problemas. Las caravanas de tres de aquellos ricos coincidieron durante su viaje, y
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El segundo rico, al ver su desesperada situación, paró con todos sus sirvientes, y quedándose
lo justo para llegar a su destino, entregó a aquellos hombres toda su comida y bebida, pues
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comida para cierto tiempo, y se despidió.