La diferencia entre unas y otras estriba en la actitud que adopta el escritor y, por consiguiente, en la intencionalidad de los escritos. Las primeras se fundamentan en un análisis profundo de la noticia para que el lector extraiga sus propias conclusiones. Son frías, sintéticas y buscan convencer al lector apelando a la razón a través de una profunda explicación de los hechos. En las segundas, el escritor muestra un tono mucho más emotivo y no tan frío. Valora subjetivamente los acontecimientos, son más pasionales y, por tanto, pretenden alcanzar los sentimientos del receptor. Por ello, para Martínez Albertos las columnas analíticas se engloban como género periodístico dentro del estilo interpretativo y las personales en el estilo editorializante o de solicitación de opinión.