Mi experiencia fue insignificante en lenguaje. Mi profe de lenguaje era mi profe jefe, pero no era buena profe, no quería ser profe, quería ser enfermera, la clase siempre era hablar, a qué nos íbamos a dedicar en el futuro y algo que diera dinero. Era un colegio de región, que no tiene mucho desarrollo, éramos la primera generación científico humanista (Samantha)