Sánchez (2017) dice que: El tequila se descubrió durante una tormenta eléctrica, cuando un rayo cayó sobre un sembradío de agaves y dada su intensidad, esto originó un incendio, donde posteriormente los vapores calentaron las bolas de agave, ocasionando que de ellas emergiera una miel de sabor dulce y aroma agradable que llamó la atención de los nativos; quienes descubrieron que al fermentarse, ésta tenía poderes relajantes y efectos de euforia al beberla.
Así que pensaron que era un regalo de los dioses de la embriaguez. Es por eso que en muchas pinturas que hacen referencia a la historia de la bebida, podemos ver al dios Baco en ellas.
Después de la conquista se introdujo esta bebida como un fermentado de la planta de agave y tiempo después esta fue destilada en alambiques que fueron introducidos al país en ese entonces. “Durante muchos años se le conoció como vino de mezcal o mezcal tequila, ya que mezcal era uno de los nombres del agave.”