El tenis de mesa remonta su origen a finales del siglo XIX, tras una tarde lluviosa en un club de Inglaterra en el año 1870.
La idea surgió por un grupo de tenistas que tras no poder jugar al tenis, improvisaron un juego bajo techo con características similares, solo que en miniatura. Cogieron una mesa cuadrada, y en medio pusieron una cuerda atada a los palos que hacía de red, usando como implementos cualquier material que pareciera una paleta, y pelotas de cualquier tipo.