Todo proceso de construcción de un instrumento de medida
comienza por una explicación detallada y precisa de cuáles son
las razones que motivan su desarrollo. Un nuevo instrumento no
se construye porque sí, hay que justificarlo adecuadamente. Asimismo,
hay que delimitar con claridad cuál es la variable objeto
de medición, cuál va a ser el contexto de aplicación, las circunstancias
en las que se va a aplicar el instrumento, el tipo de aplicación
(individual, colectiva), el formato de administración (lápiz y papel, informática), y qué decisiones se van a tomar a partir de las puntuaciones (selección, diagnóstico, etc.).