Es importante que también puedan reconocer y nombrar los sentimientos, no solo los propios, sino también los de las otras personas: tristeza, alegría, dolor, tranquilidad, placer, etc.
A medida que va creciendo puede discernir y darle nombre a estas sensaciones: distinguir lo que le resulta agradable de lo que le resulta desagradable.
La curiosidad que sienten por los cuerpos adultos es también una curiosidad por su futuro, por como ira evolucionando su propio cuerpo.
Es importante hacerles ver que se trata de un cambio paulatino que no termina nunca, aunque en determinados momentos de la vida éstos sean más drásticos y significativos.