Nora se cree feliz casada con Torvaldo. Llevan ocho años de casados y tienen 3 hijos. Además, Torvaldo Helmer asumirá en el año nuevo el puesto de director en el banco en que trabaja. Nils Krogstad intenta recuperar ante la sociedad y sus hijos su honra, pero sabe que Torvaldo lo despedirá por sus antecedentes corruptos. Para evitarlo, chantajea a Nora, quien ve cómo se derrumba su felicidad. Torvaldo no accede a su petición de que mantenga al procurador en su puesto. Este se encuentra dispuesto a todo. Sin embargo, Linde habla con él. Ella será quien lo reemplazará en el puesto; pero intenta recuperar su vida. Le propone que vivan juntos como lo deseó hace mucho tiempo Krogstad. Linde no impide que el procurador informe, a través de una carta, el crimen de Nora. Cree que él le agradecerá el haberlo salvado. Por el contrario, Torvaldo se entera y la humilla y juzga. Torvaldo trata de reconciliarse con Nora, pero esta ha cambiado radicalmente. Nora se ha dado cuenta que en su matrimonio no es más que una muñeca grande; como de niña fue una muñeca pequeña. Quiere reencontrarse consigo misma. Torvaldo le es un extraño, un egoísta. Para encontrarse consigo misma, abandonará la casa.