En abril de 1825, treinta y tres orientales, a las órdenes de Juan Antonio Lavalleja, salieron de Buenos Aires, sublevaron la campaña oriental contra los brasileños y pusieron sitio a Montevideo. En agosto, los rebeldes declararon la anexión de la Banda Oriental a las Provincias Unidas. Por su parte, el Congreso, reunido en Buenos Aires, aceptó la reincorporación de la provincia oriental y el Brasil le declaró la guerra. Ello provocó una fuerte oposición porteña que se amplió cuando el gobierno decidió dividir el reste de Buero res en dos provincias diferentes.
El gobernador Las Heras renunció y los ganaderos que como Juan Manuel de Rosas reclamaban la autonomía e integridad de la provincia, se unieron en contra de Rivadavia. En 1826, el Congreso aprobó una nueva Constitución pero la mayoría de las provincias la rechazaron por su centralismo. Rivadavia debió afrontar al mismo tiempo una guerra civil y otra con el Brasil, y ello lo decidió a buscar la paz con el Imperio, pues necesitaba al ejército para controlar a las provincias. Su embajador, Manuel José García acordó un tratado que establecía la incorporación de la Banda Oriental como provincia del Brasil, lo cual concitó un rechazo general.