El lenguaje de la ciencia es un lenguaje de tipo formalizado, frente a otros de carácter natural, al igual que los lenguajes técnicos se caracteriza por su especificidad. Algunos autores sostienen que ciertas ciencias son en sí mismas lenguajes, por ejemplo la lógica o las matemáticas. Mientras los lenguajes naturales tienden hacia su diversificación, los artificiales apuntan a la universalización. Y así el lenguaje científico se antoja opaco, particularmente a los grupos sociales ajenos a su uso. Todo ello contribuye a crear una barrera que, en la práctica, tiende a aislar a la comunidad científica del resto de la sociedad.