La Revolución francesa fue un fuerte movimiento político y social que se desarrolló en Francia, desde 1789 hasta 1804, que culminó por completo con un golpe de Estado impuesto por el Imperio napoleónico. La Revolución francesa logró poner un fin al absolutismo y al feudalismo en Francia, y también gracias a dicha revolución comenzó un nuevo régimen político en el cual la burguesía fue apoyada por las masas populares, convirtiéndola así en la fuerza política predominante de Francia. Esta revolución se caracterizó por la búsqueda de derechos y libertades para la sociedad. Fue impulsada con el lema de «libertad y fraternidad» y persiguió la soberanía popular. Así, la Revolución francesa dio comienzo a una nueva época, definida como Edad Contemporánea, la cual estableció el principio de lo que se conoce como democracia moderna.