Hay palabras que por su uso tienen connotaciones vulgares, es decir, que se asocian con un nivel cultural bajo del hablante; otras veces, la palabra se utiliza en el ambito familiar y, por tanto, se asocia con el cariño y el aprecio. Hay palabras que, en cambio, son peyorativas, es decir, demuestran despreció por la realidad a la que se atribuyen.