Hay palpitaciones, sudoración, temblor, asfixia, dolor en tórax, náuseas, mareo, inestabilidad, parestesias, desreatización, miedo a perder el control o a morir.
La frecuencia y gravedad de los ataques varían ampliamente. Las personas con trastornos de pánico pueden tener ataques completos o limitados.
Los individuos con ataques se preocupan de manera característica por las implicaciones que éstos pueden tener con sus vidas.
Ataque de pánico nocturno: despertar del sueño en un ataque. Muchas personas refieren constantemente sensaciones de ansiedad. (Catastrofismo)
Baja prevalencia en adultos mayores e infancia, más alta en adolescentes y adultos jóvenes.
Curso normal- si el trastorno no se trata, es crónico pero con oscilaciones. Algunos pueden tener brotes episódicos con años de remisión entre ellos y otros pueden tener una sintomatología intensa continua.
Se asocia con altos niveles de discapacidad social, ocupacional y física, costes económicos considerables.