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Fijación de metas: vinculada a la motivación, habilidad para decidir como invertir nuestras energías y hacia dónde dirigir nuestras conductas.
Toma de decisiones: habilidad en donde nos permite determinar que opción escoger entre las múltiples que se nos pueden presentar. Inicio y finalización de tareas: al momento de iniciar las tareas en un momento concreto supone una actividad cognitiva importante. Lo mismo ocurre con la capacidad de determinar cuando debe finalizarse la acción.
Planificación: nos permite elaborar planes de actuación. Permite generar una serie de pasos que nos llevaran a una meta concreta.
Organización: capacidad de estructurar la información de manera eficiente y útil.
Razonamiento: emplear las distintas informaciones y ver las posibles conexiones entre ellas, así como elaborar posibles explicaciones.
Monitorización: habilidad de mantener la atención sobre una actividad determinada y regular qué y cómo estamos haciendo lo que estamos haciendo.
Memoria de trabajo: capacidad de almacenamiento temporal de información y su procesamiento. Se trata de un espacio en el que la información esta disponibles para su manipulación y transformación durante un periodo particular de tiempo.
Inhibición: habilidad de regular nuestras actuaciones mediante la detención de la conducta, hace que seamos capaces de resistir impulsos concretos.
Anticipación: permite prever los resultados de una acción y/o sus consecuencias.
Ejecución dual: capacidad de realizar dos tareas al mismo tiempo (dichas tareas deben ser de diferente tipo), prestando atención a ambas de manera constante.
Una tarea muy útil para trabajar el razonamiento es ésta que consiste en emparejar conceptos de la vida cotidiana en base a la categoría a la que pertenecen.
Para rehabilitar la planificación, una de las actividades más usadas por nuestros usuarios es sin duda “Ordenar pasos de actividades”, que cuenta tanto con una versión con imágenes como con otra con sólo texto.
Para trabajar la memoria de trabajo, uno de los ejercicios con los que contamos consiste en ordenar una secuencia de números en movimiento, lo que será mucho más difícil cuantos más números aparezcan.
En nuestro día a día también empleamos las funciones ejecutivas. Son esenciales para organizar los recados que debemos hacer en una tarde, para adaptarnos a los cambios de circunstancias (como cuando han cerrado la línea de metro que ibas a tomar), permitiendo generar alternativas de manera eficiente, etc.
Las funciones ejecutivas están implicadas prácticamente en cualquier trabajo. En cualquier actividad laboral que requiera organización, planificación, resolver problemas, tomar decisiones o manipular datos, se hará uso de las funciones ejecutivas. Por tanto, se emplean tanto para cocinar una hamburguesa, como para planificar una cirugía a corazón abiert
El daño cerebral en las estructuras prefrontales puede provocar, entre otras complicaciones, anosognosia (falta de conciencia del propio déficit), abulia (falta de iniciativa), dificultad para secuenciar acciones, problemas para gestionar el comportamiento y las emociones, rigidez cognitiva, etc. Además, un problema en las funciones ejecutivas puede alterar la correcta regulación de otros procesos cognitivos. Un problema en las funciones ejecutivas puede dificultar muchas de nuestras actividades cotidianas. Por otra parte, también pueden darse problemas en las funciones ejecutivas sin necesidad de un daño cerebral. En trastornos como la dislexia, la discalculia, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad o la esquizofrenia. también se da una alteración de las funciones ejecutivas.
Flexibilidad: nos permite cambiar nuestro modo de actuar o pensar ante posibles cambios ambientales o modificar acciones en marcha.
En nuestra vida diaria necesitamos las funciones ejecutivas para desenvolvernos en nuestro entorno y conseguir nuestros objetivos. Son fundamentales por ejemplo cuando planificamos el día al levantarnos por la mañana, pensando qué tenemos que hacer, en qué orden, cuánto tiempo nos costará hacer cada una de las cosas e ir de un sitio a otro, e incluso si tenemos que modificar el plan sobre la marcha en caso de que haya algún imprevisto o necesitemos realizar alguna nueva tarea con la que no contábamos.