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Panorama de las Artes Plásticas Bolivianas en el Siglo XX (Las artes…
Panorama de las Artes Plásticas Bolivianas en el Siglo XX
Las artes plásticas en Bolivia son tan diversas como sus variadas culturas y hábitat. El crítico e investigador de arte, Harold Suárez Llápiz realiza un estudio profundo que resume el que hacer en cuanto a todas las expresiones artísticas con una revisión de la obra de los artistas bolivianos más destacados desde el siglo XX a la fecha.
potosino Cecilio Guzmán de Rojas (1899-1950), quien fuera un verdadero precursor de la corriente del indigenismo, no sólo en Bolivia sino también en América Latina, otorgando al indio el estatus de elemento plástico protagónico en una obra de arte.
Arturo Borda (1883-1953), más cercano a una corriente clásica, conservadora. A decir verdad, considero que la producción del paceño es más de carácter ilustrativa, bastante anecdótica en su concepción y cargada de un exagerado discurso literario.
Juan Rimsa (1903-1978), activo en nuestro país entre 1935 y 1950, es fundamental en el escenario artístico de la época. Abrió un sendero para posteriores generaciones de artistas en La Paz y Sucre, dejando destacados discípulos
destaca el oficio del oriundo de Cochabamba, Avelino Nogales (1870-1930) quien inmortalizó a importantes personalidades de su época.
Raúl Prada, (1900-1991) quien nos deslumbra con sus bellas estampas del valle cochabambino. En cuanto a la calidad de su pintura denota gran maestría en el tratamiento de las diversas tonalidades del color verde y en el manejo de la luz.
la paceña María Luisa realiza una obra de gran calidad plástica y magistral uso de la composición, al vertebrar mediante el uso del collage exquisitas formas abstractas.
el orureño Óscar Pantoja más colorista que dibujante, nos cautiva con un abstraccionismo de carácter lírico
el potosino Alfredo La Placa sorprende con una impactante serie de mutantes (en los años 70), y posteriormente con sus bellas representaciones de minerales abstractos
Inés Córdova (1927-2010), fue una verdadera pionera en el manejo del collage con metales y textiles en Bolivia.
Gil Imaná realizó los primeros murales en cerámica en nuestro país). Para elaborar sus collages tenía predilección por el uso de los colores sobrios.
Marina Núñez del Prado (1908-1995), quien desarrolla una obra brillante en cuanto a su manejo técnico, con gran dominio de la síntesis y volumen de las formas escultóricas.
cruceño Marcelo Callaú (1946-2004), consiguen un adecuado volumen y fino acabado, sugiriendo sensuales figuras humanas o sutiles formas geométricas
Ted Carrasco (1933), trabaja a menudo utilizando la piedra y el bronce. Sus creaciones generalmente representan abstracciones simbolistas de la figura humana
León Saavedra Geuer quien nos sorprende con sus formas metálicas de notable calidad técnica y formatos de grandes dimensiones.
Emiliano Luján Sandoval (1910-1973) al realizar las primeras esculturas públicas de gran formato en el país.
Miguel Alandia Pantoja, (1914-1975), quien no tenía reparos en manifestar a través de su obra sus posturas políticas
Wálter Solón Romero (1925-1999), fundador del grupo cultural Anteo, movimiento contestatario a los cambios políticos y sociales que vive Bolivia en aquel tiempo y que tenía como premisa fundamental llevar el arte a las calles.
Gil Imaná (1933), muralista y pintor boliviano de dilatada trayectoria. Se puede resumir que la pintura del este último, se inicia con una figuración concreta de tendencia social-muralista para evolucionar transitando por una neofiguración de carácter expresionista.
Lorgio Vaca, (1930) quien realiza destacados trabajos en relieves cerámicos policromados que embellecen avenidas, plazas y parques de dicha ciudad.
Ponciano Cárdenas Canedo, (1927) es un brillante pintor, dibujante, escultor y muralista cochabambino que reside actualmente (y desde hace ya más de cuarenta años) en la República Argentina, donde se ha forjado una respetable trayectoria a tal punto de ser considerado un maestro en aquel país.
también fueron sus alumnos los bolivianos Raúl Lara, Fernando Prada y Remy Daza entre otros).
Enrique Arnal (1932) a su más enérgico renovador de propuestas estéticas. Hablar del potosino, no sólo implica afirmar que es uno de los artistas más destacados del siglo XX, puesto que también amerita evocar al más brillante representante de la neofiguración-expresionista en la historia de la pintura boliviana
Fernando Montes, (1930-2007) nos ofrece un paisaje andino que deja entrever figuras hieráticas de campesinos del altiplano fundiéndose con montañas de intensos colores tierras y ocres.
Ricardo Pérez Alcalá, (1939) aventajado dibujante y colorista, quien maneja de manera magistral la luz, con una paleta sobria y elegante, imprime en sus acuarelas misteriosas atmósferas inquietantes y en otras obras deja entrever, s
Entre los discípulos del potosino brilla también con méritos propios el acuarelista cochabambino Darío Antezana (1958).
Julio César Téllez, (La Paz, 1940-2009) quien dedicó su vida a perfeccionar la también llamada técnica del agua. Uno de los escasos cultores de la tradicional acuarela inglesa
Mario Conde (1956), de acertado manejo técnico, con una propuesta tan surrealista como neobarroca.
Gíldaro Antezana (1938-1976) son unas de las más sobresalientes; se trata de una propuesta que adquiere un carácter narrativo, simbólico, metafórico y hasta poético.
Antonio Mariaca (1926-1997), dueño de una formación académica de excepción, denota marcado sincretismo religioso, variedad temática, gran plasticidad, acertada composición, síntesis en cuanto a su figuración y buen uso del color.
Luis Zilveti (1939), nos conduce hacia un mundo críptico donde deja entrever ciertos personajes espectrales. Se puede decir que la obra del maestro paceño se inscribe dentro de la corriente de la neofiguración expresionista;
María Esther Ballivián (1927-1977) es muy particular. Mentiría si afirmara que la paceña era una extraordinaria dibujante. En su serie de desnudos,